Numeración

NUMERACIÓN DE LOS SALMOS

El salterio ha llegado a nosotros como una colección de 150 salmos. Un número artificial y provocado desde el primer momento. Para que el número de la colección de salmos fuese un número redondo, 150, se tuvieron que hacer todo tipo de modificaciones en los poemas. Algunos salmos fueron divididos en partes para justificar la cifra total de poemas. Tenemos un ejemplo en los salmos 9 y 10. Hoy dos salmos pero un único poema en su origen. El poema (salmo 9-10) es un salmo alefático, en el que cada estrofa comienza con una de las letras que componen el alfabeto hebreo. El poema fue cortado en la estrofa que comienza con la letra hebrea כ (kaf) dando origen a nuestro salmo 9, quedando como otro salmo -salmo 10- la segunda parte del poema que comienza con la letra ל (lámed).

sal 22

En otras ocasiones la búsqueda de numeración artificial llevó al error de repetir algún salmo dos veces. El ejemplo lo tenemos en el salmo 14, un poema que aborda el tema de la necedad del ser humano sin Dios. El mismo texto del salmo 14 lo encontramos en el salmo 53. Así pues, tenemos el mismo salmo en dos lugares distintos del salterio.

Sal 23 El trabajo de la numeración de los salmos hasta cuadrar la cifra de 150 no fue seguida a la hora de establecer las dimensiones de cada uno de los salmos. La diversidad de tipos y extensión de los versos es una de las características que más llama la atención. Del salmo más extenso con 176 versos (Sal 119) que se dedica lo más ampliamente posible en un poema a elogiar la ley divina, hasta el más breve con tan solo 2 versos (Sal 117) que hacen de él más que un salmo el estribillo de algún otro salmo que invita a la alabanza divina.

Sal 117

Respecto a la doble numeración de los salmos que encontramos en nuestras Biblias a partir del salmo 10, la razón es que originariamente los salmos 9 y 10 fueron un único salmo que posteriormente se dividió en dos, de ahí la doble numeración hasta el final del salterio.

Salmos repetidos