Autor y Fecha

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EL AUTOR DE LOS SALMOS

            El contenido de los salmos nos permite hablar de un largo proceso de composición en toda la obra poética. Los distintos estilos, temas y puntos de vista nos llevan a plantear la posibilidad de que la obra sea fruto de la mano de diversos poetas. Unos, los autores, que a lo largo de distintas generaciones han ido versificando los acontecimientos más trascendentales de la historia del pueblo de Israel y han convertido la literatura poética en oración y canto. Otros, los compiladores, han ido perfeccionando en algunos casos y empeorando en otros, la estructura poética de los salmos, su contenido y su métrica interna hasta convertirlos en los escritos poéticos que han llegado hasta nuestros días. Al final, tanto unos como otros, han guardado su personalidad en el anonimato o tras la atribución de su poesía a los personajes más emblemáticos para el pueblo y autentificar, de esta forma, sus obras.

            Hasta nosotros han llegado los salmos con nombres de paternidad discutible. Junto a los títulos de muchos de los salmos nos encontramos con la atribución de la obra a personajes destacados para el pueblo (David, Salomón, Moisés,…). Hasta hace muy poco tiempo, el salterio consideraba la presencia del rey David como padre de la colección: Libro de los salmos de David. Una atribución que nadie sostiene en la actualidad. Así pues, la autoría de los salmos quedará como una incógnita de la Sagrada Escritura siendo las únicas referencias las que aportan los títulos de los mismos salmos. Muchas de ellas, repito, absolutamente inverosímiles.

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            A) David es el nombre más repetido en toda la colección poética del libro de los salmos. En los títulos hebreos a él se atribuyen 73 salmos. Posteriormente la traducción griega de los LXX añade a David 14 salmos más con lo que el monarca sería autor de unos 88 salmos del salterio. Por su parte la versión latina de la Vulgata deja en 85 los salmos atribuidos a David. La presencia de David como autor de esa serie de salmos es consecuencia de una ficción de autoridad literaria pero, al mismo tiempo, un símil literario entre la importante figura de David y la persona de Moisés. David autor de los salmos y Moisés autor del pentateuco sitúa a los dos personajes a un nivel semejante en tanto en cuanto la importancia de los salmos es fundamental para la liturgia y la de la Torah para la vida social y religiosa del pueblo. Esta era la idea de los antiguos que definían el salterio como otro pentateuco.

            B) Otro personaje al que se le atribuye la composición de salmos es Asaf. A modo de colección de «salmos de Asaf», un compilador a reunido en un bloque sus salmos llegando hasta nuestros días. Se trata de los salmos del 73 al 83. Once salmos que reunen los más variados temas: La justicia divina (Sal 73 y 75), una gran lamentación por la destrucción del templo de Jerusalén (Sal 74), un salmo de tipo sapiencial que evoca el temor de Dios (Sal 76), salmos con motivos históricos (Sal 77-78) y de identidad nacional (Sal 79), un gran salmo de marcado carácter exílico (Sal 80), un salmo ceremonial para un calendario festivo (Sal 81), dos salmos de venganza contra los enemigos (Sal 82-83). Entre todos forman la colección de «salmos de Asaf» a la que hay que añadir un salmo que aparece perdido fuera de este bloque, sumergido en medio del salterio: El salmo 50, que reclama al pueblo la atención cultual, es también «salmo de Asaf». En total son doce los salmos que aparecen atribuidos a Asaf (Sal 50.73-83).

            Sobre la personalidad de Asaf sabemos, por los textos del Antiguo Testamento, que era hijo de Baraquías, que fue maestro de canto en tiempos del reinado de David y que llegó a ser maestro del mismo rey David tal y como relatan los libros históricos (2Crón 29,30): «Su hermano Asaf, que asistía a su derecha: Asaf, hijo de Baraquías, hijo de Simá» (1Crón 6,24); «Baqbacar, Herés, Galal y Mattanías, hijo de Miká, hijo de Zikrí, hijo de Asaf» (1Crón 9,15); «Los levitas designaron a Hemán, hijo de Joel; y de sus hermanos, a Asaf, hijo de Baraquías; y de los hijos de Merarí, hermanos suyos, a Etán, hijo de Cusaías» (1Crón 15,17); pero fundamentalmente el texto de 1Crón 15,19 en el que se relaciona directamente a Asaf con la salmodia: «Los cantores Hemán, Asaf y Etán hacían resonar címbalos de bronce» y el de 1Crón 16,5 en donde aparece como uno de los responsables: «Asaf era el jefe; Zacarías era el segundo; luego Uzziel, Semiramot, Yejiel, Mattitías, Eliab, Benaías, Obededom y Yeiel, con salterios y cítaras. Asaf hacía sonar los címbalos». Y Relacionado con David: «Aquel día David, alabando el primero a Yahveh, entregó a Asaf y a sus hermanos este canto» (1Crón 16,7); «David dejó allí, ante el arca de la alianza de Yahveh, a Asaf y a sus hermanos, para el ministerio continuo delante del arca, según el rito de cada día» (1Crón 16,37).

            Asaf, al que se le atrubuye la composición de esos salmos, se le reconoce en estos textos históricos como jefe del grupo de músicos y hasta como vidente del rey: «Después, el rey Ezequías y los jefes mandaron a los levitas que alabasen a Yahveh con las palabras de David y del vidente Asaf; y ellos cantaron alabanzas hasta la exaltación, e inclinándose, adoraron» (2Crón 29,30).

            C) Otro de los personajes bíblicos que figura como autor de una colección de salmos es Coré (Coraj) y su familia. Con el título de «Salmo de los hijos de Coré» tenemos once salmos (Sal 42. 44-49. 84-85. 87-88). Sobre quién era Coré y su familia para atribuirles la paternidad de once salmos encontramos en el primer libro de las Crónicas la siguiente noticia: «Sallum, hijo de Qoré, hijo de Ebiasaf, hijo de Coré, y sus hermanos los coreítas, de la misma casa paterna, tenían el servicio del culto como guardianes de los umbrales de la Tienda, pues sus padres habían tenido a su cargo la guardia de acceso al campamento de Yahveh» (1Crón 9,19). La relevancia de la familia viene a través de la tradición de sus antepasados. Coré y su familia eran los que tenían reservada la responsabilidad del culto. Sin embargo el libro de los Números nos presenta a Coré como caudillo de una de las revueltas organizadas contra Moisés: «Coré, hijo de Yishar, hijo de Quehat, hijo de Leví, Datán y Abirón, hijos de Eliab, y On, hijo de Pélet, hijos de Rubén, se enorgullecieron, y se alzaron contra Moisés junto con 250 israelitas, principales de la comunidad, distinguidos en la asamblea, personajes famosos» (Núm 16,1_2) y su nombre vuele a aparecer en el Eclesiástico: «Se confabularon contra él extranjeros y en el desierto tuvieron celos de él, los hombres de Datán y de Abirón, la banda de Coré, llena de ira y de furor» (Sir 45,18). Hasta en el Nuevo Testamento encontramos una referencia a Coré y la rebelión que había organizado: «¡Ay de ellos!, porque se han ido por el camino de Caín, y por un salario se han abandonado al descarrío de Balaam, y han perecido en la rebelión de Coré» (Judas 11). Los nombres de sus hijos los encontramos en el libro del Exodo: «Hijos de Coré: Assir (Aser), Elcaná y Abiasaf. Estas son la familias de los coreítas» (Ex 6,24). Por tanto y dado el prestigio y reconocimiento familiar, a los hijos de Coré: Aser, Elcaná y Abiasaf, se les ha otorgado la autoría de esos 11 salmos.

            D) Salomón aparece como autor de dos salmos (Sal 72 y 127). En el salmo 72 en el título se nos dice escuetamente «De Salomón» y en el salmo 127 tras la advertencia: «Canción de las subidas», el título añade: «De Salomón». Nuevamente la presencia de la monarquía relacionada con la autoría de los salmos suena más a ficción literaria consciente que a autenticidad. Sin embargo llama la atención de que sólo sean dos los salmos que gozan de su paternidad.

            E) Moisés aparece como autor del salmo 90. «Oración. De Moisés, hombre de Dios» (90,1). Su presencia al comienzo del salmo es, como en los casos anteriores, únicamente figurativa con vistas a otorgar autoridad al salmo. Con la presencia de Moisés en el salterio queda fijada la equiparación de la colección poética con la Torah, igualmente atribuida a Moisés.

       F) Yedutún (Iditún) aparece como coautor de varios salmos. Su nombre lo encontramos en los títulos de los salmos 39 y 62 en compañía de David: «Del maestro de coro. De Yedutún. Salmo. De David» (Sal 39,1); «Del maestro de coro… Yedutún. Salmo. De David» (Sal 62,1). Su nombre también aparece en uno de los salmos atribuidos a Asaf: «Del maestro de coro… Yedutún. De Asaf. Salmo» (Sal 77,1). De su personalidad sabemos que, como Asaf, fue maestro de música durante el reinado de David tal y como lo atestiguan algunos textos de los libros de las Crónicas: «David y los jefes del ejército separaron para el servicio a los hijos de Asaf, Hemán y Yedutún, profetas, que cantaban con cítaras, salterios y címbalos. Este es el número de personas que se encargaban de este servicio» (1Crón 25,1). «Todos ellos se hallaban bajo la dirección de su padre para el canto de la Casa de Yahveh, con címbalos, salterios y cítaras al servicio de la Casa de Dios, siguiendo las indicaciones del rey, de Asaf, Yedutún y Hemán» (1Crón 25,6). «Todos los levitas cantores, Asaf, Hemán y Yedutún, con sus hijos y hermanos, vestidos de lino fino, estaban de pie al oriente del altar, tocando címbalos, salterios y cítaras, y con ellos 120 sacerdotes que tocaban las trompetas» (2Crón 5,12).

            G) Hemán el indígena: Su nombre aparece en el título del salmo 88. Por los libros de las Crónicas sabemos que ambos eran maestros de canto y que su nombre aparece vinculado al canto y a  instrumentos musicales como cítaras y címbalos (1Crón 25,1): «Estos son los que ejercían ese ministerio con sus hijos: De los hijos de Quehat: Hemán el cantor, hijo de Joel, hijo de Samuel» (1Crón 6,18). «Los cantores Hemán, Asaf y Etán hacían resonar címbalos de bronce» (1Crón 15,19). «Con ellos estaban Hemán y Yedutún y los restantes escogidos y nominalmente designados para alabar a Yahveh» (1Crón 16,41). Hemán fue uno de los cinco hijos de Zéraj como consta en 1Crón 16,42. Posteriormente sus hijos Yejiel y Simí, también formaron parte de la comisión encargada de dirigir los santos salmódicos (2Crón 29,14).

            H) Etán el indígena: Según parece Etán es el hermano de Hemán, hijo de Zéraj según se afirma en el primer libro de las Crónicas: «Hijos de Zéraj: Zimrí, Etán, Hemán, Kalkol y Dardá, en total cinco» (1Crón 2,6). Mientras que en el mismo libro histórico aparece relacionado con Quisí: «Los hijos de Merarí, hermanos de ellos, asistían a la izquierda: Etán, hijo de Quisí, hijo de Abdí, hijo de Malluk» (1Crón 6,29). Su nombre aparece en el salmo 89: «Poema. De Etán el indígena» (Sal 89,1). Su atribución del salmo 89 tenemos que acompañarla de elementos tan significativos como que se trataba de uno de los directores de la liturgia y de la música. Aparece relacionado con instrumentos como los címbalos de bronce: «Los cantores Hemán, Asaf y Etán hacían resonar címbalos de bronce» (1Crón 15,19). En el primer libro de las Crónicas se habla de su familia: «Hijos de Etán: Azarías» (1Crón 2,8), «hijo de Etán, hijo de Zimmá, hijo de Simí» (1Crón 6,27).

            I) La versión latina de la Vulgata atribuye al profeta Jeremías un salmo, pero esta autoría carece de otra confirmación fuera del texto latino: «Psalmus David, Ieremiae» (Sal 136 en la numeración latina; 137 según la versión masorética). Algo parecido sucede la versión atribuida a los profetas Ageo y Zacarías que figuran en la traducción latina de la Vulgata en el salmo 111 (112 según el texto masorético): «Alleluia, reversionis Aggaei et Zachariae». Y el salmo 145 (146 en TM): «Alleluia, Aggaei et Zachariae».

            J) En la Biblia hebrea quedan unos 52 salmos que figuran sin nombre de autor. Son los salmos anónimos, sin nombre. Salmos que, por sus características, podrían entrar a formar parte de las colecciones atribuidas a David, a los hijos de Coré, a Asaf,… pero que han quedado bajo el anonimato.

            Actualmente la mayor parte de los comentaristas han optado por no discutir demasiado sobre la autoría de los salmos o sobre la autenticidad de los títulos que otorgan la paternidad del poema a un determinado personaje. La idea generalizada gira en torno a las hipótesis de las ficciones literarias o de las autorías programadas con vistas a dar autoridad o credibilidad al salmo. A continuación reproduzco de manera esquemática la paternidad que figura en los títulos de los salmos tal y como aparece en el texto hebreo:

                        EL AUTOR DE LOS SALMOS

                     1-2    Sin nombre.      

                     3-9    David.           

                      10    Sin nombre.      

                    11-32   David.           

                      33    Sin nombre.      

                    34-38   David.           

                      39    David y Yedutún. 

                    40-41   David.           

                      42    Hijos de Coré.   

                      43    Sin nombre.      

                    44-49   Hijos de Coré.   

                      50    Asaf.            

                    51-61   David.           

                      62    David y Yedutún. 

                    63-65   David.           

                    66-67   Sin nombre.      

                    68-70   David.           

                      71    Sin nombre.      

                      72    Salomón.         

                    73-76   Asaf.            

                      77    Asaf y Yedutún.  

                    78-83   Asaf.            

                    84-85   Hijos de Coré.   

                      86    David.           

                      87    Hijos de Coré.   

                      88    Hemán el indígena

                      89    Etán el indígena.

                      90    Moisés.          

                    91-100  Sin nombre.      

                     101    David.           

                     102    Sin nombre.      

                     103    David.           

                   104-107  Sin nombre.      

                   108-110  David.           

                   111-121  Sin nombre.      

                     122    David.           

                     123    Sin nombre.      

                     124    David.           

                   125-126  Sin nombre.      

                     127    Salomón.         

                   128-130  Sin nombre.      

                   131-133  David.           

                   134-137  Sin nombre.      

                   138-145  David.           

                   146-150  Sin nombre.      